Restos arqueológicos en la "Fuente de la Torre"

El enclave de la Fuente de la Torre presenta una larga ocupación, desde finales de la época ibérica/romano republicana (siglo II a.n.e.) hasta la Baja Edad Media (siglo XII).

Aunque las zonas intervenidas representan una mínima fracción de la extensión del yacimiento, los trabajos han permitido identificar complejos estructurales como una villa romana, una posible calzada de la misma época, así como estructuras de época islámica emiral. El complejo más relevante y singular de los identificados hasta la fecha es una basílica de tres naves con ábside, a la que se asocia una necrópolis de inhumación, con tumbas tanto al interior del edificio cultual como al exterior.

El elemento central del complejo es la basílica, conformada por un edificio de planta rectangular, con unas dimensiones de 12,40 x 7,80 metros, dispuesto con sentido Norte-Sur y que presenta un ábside cuadrangular en su cabecera. Se define así una planta basilical absidiada de tres naves, sin transepto, como se ha constatado en otras iglesias peninsulares. El edificio presentaba asimetría tanto al exterior como al interior y tanto en el cuerpo central como en la cabecera. El interior se encontraba dividido en tres naves, presentando la nave central unas medidas de 6,60 metros de longitud y 4,20 metros de anchura, estando separada de las naves laterales por dos pares de pilares. Estas ¿naves laterales¿ disponen de una longitud de 6,60 metros y una anchura de 2,74 metros (Norte) y 2,73m (Sur), distanciándose los pilares unos 2,30 metros entre sí.

El acceso a la basilica se debió hacer, según los investigadores, por su lado norte, quedando restos de posibles umbrales

Los materiales constructivos son heterogéneos, dominando la mampostería sobre los sillarejos y las fábricas de ladrillo, empleada sobre todo en los pilares de las naves; se ha identificado un pavimento de losas cerámicas frente al acceso del edificio, que podría indicar la presencia de un nartex. La cubierta se resolvería mediante trabazones de madera sobre los que se pudieron disponer las cubiertas a dos o más aguas, conformadas por losetas planas, tégulas y tejas curvas o ímbrices. Los materiales recuperados incluyen elementos arquitectónicos como una mensa, basas y fragmentos de fustes de columna, así como un posible ajimez de una ventana. 

El complejo se completa con una necrópolis de inhumación que circunda las construcciones y en la que se incluyen 94 sepulturas de variada tipología, predominando las fosas de diversa planta (rectangulares, ovaladas, trapezoidales, etc.) excavadas en el sustrato geológico, aunque también se han identificado sarcófagos en piedra, fosas con revestimiento de opus quadratum o piedra, etc, y orientadas hacia todos los puntos cardinales, La mayor parte de las estructuras funerarias presentan orientación Este-Oeste (81), aunque hay tumbas con orientación Norte-Sur (9), Noreste-Suroeste (25), Noroeste-Sureste (4) y orientación indeterminada (4)..Entre las tumbas excavadas y que han aportado restos óseos prevalecen las inhumaciones individuales (47) sobre las colectivas (27), las cuales lo pueden ser por reutilización o por enterramientos múltiples en un mismo momento, aunque esto es dificil de averiguar en este caso.
Los ajuares recuperados incluyen jarritas y lucernas de TSH y TSHTM, así como elementos de indumentaria y adorno personal como anillos, pendientes, cuentas de collar, cuchillos/puñales, posible lanza, hebillas, broches de cinturón, etc. Se han localizado numerosos clavos que indican la presencia de ataúdes o parihuelas de madera.
En el interior de la basilica se documentaron 17 estructuras funeraria, en una estructura anexa al abside de la basílica se localizaron 8.

La datación del complejo, según apuntan los materiales recuperados en algunas estructuras funerarias, indica que este espacio fue edificado a finales del siglo V o durante la primera mitad del siglo VI. (sobre una posible construcción anterior) y que por causas desconocidas fue amortizado a lo largo del siglo VI (bien por abandono de una parte de la necrópolis bien por destrucción del espacio).

La villa romana existente en el área norte del conjunto apenas ha podido ser investigada, si bien los materiales localizados indican un complejo de entidad, en el que podría existir una natatio y un complejo termal, ya que aparecen materiales latericios adscritos a pavimentos de soleras, revestimientos parietales, edificación y decoración de complejos termales -pavimentos de salas tipo caldarivm, sustentación de suspensurae, hypocaustea de las termas, etc. Tanto el material pétreo como el latericio fueron reutilizados para la construcción del edificio principal del complejo religioso de época visigoda, así como a modo de cubierta de numerosas estructuras funerarias.

Tras la caída del reino visigodo, el espacio sigue ocupado, habiéndose recuperado materiales arqueológicos de época emiral, califal y taifa, así como estructuras que indicarían el reaprovechamiento de las construcciones como viviendas.

Información Documental

Delegación Territorial de Jaén. Nuria Gil Guzmán; Silvia Mancha Espino, Documentación técnica para la catalogación del asentamiento visigodo del Cortijo Fuente de la Torre (Castellar, Jaén), 2018.

Archivo Central de la Consejería de Cultura. Inventario de yacimientos arqueológicos de la Provincia de Jaén. Fuente de la Torre, 1988.