Por Lucas Toribio Garrido en Viernes, 26 Julio 2024
Categoría: Fiestas Patronales

Video - Pregón de las fiestas patronales 2023 a cargo de José López Moreno

Video de lo que fue el pregón de las fiestas patronales del pasado año 2023, a cargo de José López Moreno, en el patio de la Colegiata de Santiago de Castellar (Jaén)

¡ Cincuenta años !

Cincuenta años es lo que llevamos celebrando la feria en el mes de agosto. En realidad, la que esta noche empieza es la número cincuenta y uno, pero son cincuenta los años transcurridos. Yo la vi nacer y la he seguido muy de cerca, por eso quiero hablaros hoy de la Feria de Agosto y de algunas historias que yo pude vivir muy de cerca y que pocos de vosotros conoceréis.

Buenas noches mis queridos amigos y paisanos. Buenas noches a todos.

Como muchos sabéis, sobre todo los de más edad, la feria que ahora empezamos no se celebraba en el mes de agosto, sino en septiembre. Hablar de ello y del cambio de fechas que se hizo trae forzosamente a la memoria el recuerdo de mi padre, principal artífice de la operación, pues él era el Alcalde en el año 1972, el primero en que se celebraron.

La decisión de cambiar las fechas no fue nada fácil ni rápida. Tuvo sus más y sus menos. Recuerdo que un buen día mi padre me comentó que estaban pensando cambiar la Feria de septiembre al mes de agosto. Me quedé muy sorprendido y le pregunté por qué. Me contestó que Castellar era un pueblo con miles y miles de emigrantes, gente que vivía y trabajaba en Barcelona, Valencia, Madrid.... y a los que le resultaba imposible asistir a las fiestas patronales por cuestiones de trabajo o de residencia. Eran en el fondo muchos más los de fuera que los que vivíamos en el pueblo. Y precisamente para permitir a toda esa gente pasar unos días festivos con su familia era por lo que se pensaba en el cambio.

Pues buena idea, me pareció a mí.

Pasaron uno o dos meses y volví a preguntar por el cambio al mes de agosto.

-Ah no!- me contestó-, eso va a ser un fracaso. A la gente le pesan las tradiciones, las costumbres, el día de la Virgen. Lo mismo lo ven raro, se sienten extraños y lo hace uno con la mejor intención y luego resulta que es un fracaso absoluto. Lo de agosto no lo vemos claro.

Pasó otro poco tiempo y yo volví a preguntar :

- Entonces, ¿ la feria en septiembre como siempre, no ?

-No, no -me contestó- lo de septiembre es imposible. El tiempo es horroroso, llueve casi siempre y hasta hace frío algunas veces. Y luego, pues que no hay nadie, el pueblo vacío y los de fuera a disgusto.

A ver si nos vamos a quedar sin feria, pensé yo para mí….

Y así fueron pasando las semanas entre dudas y cambios de opinión hasta que un buen día, después de una larga reunión en el Ayuntamiento y ya tarde, volvió mi padre a casa y dijo:
- Ya hemos tomado la decisión.

-Entonces, ¿ en agosto o en septiembre ?- pregunté yo.

-Hacemos la feria en el mes de agosto -contestó-, pero por si acaso hacemos otra en septiembre también.

Y así se quedó la cosa para siempre. Lo que ya todos habéis conocido durante muchos años, pero que en su momento no se veía tan claro.

Después, la Feria de Agosto resultó ser un exitazo sin precedentes. Lo que no se había visto hasta entonces. El pueblo abarrotado de gente, los encierros a reventar, cinco días de toros, fuegos artificiales.... en fin, una feria como nunca se había visto antes. Y yo con mis quince años, feliz y contento: El hijo del alcalde, dos ferias por delante.... con qué ansias no me lo tomaría, con qué ganas la pillé, que le perdí el miedo a todo y en el primer encierro, en el primero de todos, me revolcó un novillo. Y eso me hizo templar los ánimos y contenerme un poco, pues quedaban otros cuatro encierros más.

Que Castellar tuviera fuegos artificiales en el año 1.972 es también un hecho sorprendente; sorprendente por lo adelantado a la época. Y eso tiene una explicación que yo también quiero contaros.

En aquellos años era impensable que pueblos como Castellar, ni siquiera pueblos más grandes, tuvieran fuegos artificiales. Eso no era una cosa corriente, ni que se le hubiera ocurrido a nadie. A lo mejor Sevilla los tenía para su feria, pero para un pueblo pequeño de provincias... eso era completamente desconocido. Ni en Castellar ni en cien kilómetros a la redonda.

¿De dónde surgió entonces aquella idea? ¿de dónde vino aquella ocurrencia desconocida para todos? Pues como mi padre me confesó, la idea le vino, porque siendo él un chiquillo, pudo ver en Castellar otra feria con fuegos artificiales. Y aquello le impresionó tanto que durante toda su vida los había recordado como un espectáculo extraordinario. Así que, para aquella primera Feria de Agosto del año 1972, con las dudas y miedos que se tenían como os he dicho antes, se decidió hacer un espectáculo de fuegos artificiales.

Después, con el tiempo he averiguado, y tengo los papeles, que aquellos fuegos que mi padre recordaba fueron en el año 1927, hace ahora casi 100 años. Era alcalde entonces don Juan de Dios y debió de ser también una feria bastante sonada, porque además de los fuegos, vino a tocar al pueblo una banda militar a la que trajeron expresamente desde Madrid y que se quedó aquí toda la feria. Era la Banda del Regimiento Inmemorial nº 1 del Rey, que en aquellos tiempos, siendo militar y de un regimiento como ese, debía ser de lo mejor de la época.
Así pues, que sepáis que de la fascinación de un niño de ocho años y de sus recuerdos, viene el hecho de que Castellar tuviera fuegos artificiales en su primera Feria de Agosto, adelantándose mucho a los tiempos y siendo siempre un ejemplo, que irían imitando poco a poco los demás pueblos de la provincia.

Como veréis las fiestas patronales han sido siempre el centro del ocio y del esparcimiento de nuestro pueblo. Han sido siempre un acontecimiento que la gente esperaba durante 11 meses al año y que permitía reunirse con viejos amigos y con la familia.

Naturalmente que las cosas van cambiando y evolucionando con el tiempo, de la misma manera que las personas también vamos cambiando. Yo no digo ni que a mejor ni que a peor, pero sí que se van haciendo muy diferentes.

La música, hace años sólo se podía disfrutar en una feria o en algo similar. Apenas había dispositivos de reproducción. Por eso las verbenas constituían prácticamente la única manera que tenía la gente de oír música y de bailar. Hoy en día tenemos toda la música que queremos. Se puede organizar una fiesta con música en cualquier sitio del término municipal. Por eso es posible que las verbenas hayan perdido un poco de interés para los jóvenes. Si tienes música todo el año no la puedes valorar tanto en ciertos días. Pero hay que invitarles a que participen más, pues siguen siendo un acontecimiento festivo de primera fila.

Y los encierros siguen atrayendo a mucha gente. Yo siempre he dicho que Castellar organizaba corridas de toros como excusa para poder tener encierros. Si a los toros iban trescientas personas pagando entrada, a los encierros iban dos mil.

Por ahí debe circular ya una película histórica que he conseguido recuperar con mucho trabajo, precisamente de esta primera Feria de Agosto de 1.972. Se ven imágenes de los encierros y de una corrida en la famosa plaza de palos del corralón de Don Senén. Os invito a que la veáis y comprobéis como de llena estaba la plaza, sobre todo en los encierros. No cabía un alfiler, ni en las gradas ni en el ruedo. Ahora la cosa ha evolucionado. Aunque no se permite torear ni citar a las reses, la gente sigue asistiendo masivamente y no se paran de inventar nuevas fórmulas y espectáculos taurinos de participación popular.

Pero aunque algunas cosas se hayan perdido parte del interés que tenían, hay otras que se mantienen igual o incluso mejor: El llenazo de gente que se produce en el pueblo y el espíritu festivo y de celebración es el mismo de siempre o mayor. Yo creo que se mantiene como siempre el deseo de juntarnos todos los hijos de Castellar, y de compartir una vez al año unos días con la familia y los viejos amigos. Esto sigue siendo como siempre, cosa que a mí me parece muy bien.

Quiero agradecer a la corporación este nombramiento de pregonero que me han hecho y, cómo no, a todos vosotros muy especialmente por vuestra asistencia a este acto.

Y ahora os pido que me prestéis atención:

Os invito a que viváis con intensidad el espíritu de las fiestas. A que os olvidéis durante unos días del trabajo y de todas vuestras preocupaciones. Y como decía un buen amigo mío, os pido que os quitéis los relojes y los guardéis escondidos en un cajón, pero bien escondidos.

Que cada cual haga lo que le dé la gana durante la feria; al que le gusten los encierros, pues que vaya a los encierros; al que prefiera echar la liga, pues que eche la liga. Y si alguno le gustan las dos cosas, pues que haga las dos cosas, que no son incompatibles entre sí.

Hacedme caso en todo eso que os pido y seréis felices durante unos días.

¡ Que paséis una feria dichosa con vuestras familias y amigos !

¡ Felices Fiestas ! 

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