La docente jubilada santistebeña recibe uno de los galardones castellariegos dentro del marco del Día Internacional de la Mujer Rural
Como Gabriela, la protagonista de la novela de Josefina R. Aldecoa, la aventura vital de Puri Lozano Cerón (Santisteban del Puerto, 1950) es la historia de una maestra vocacional en cuyo rostro se dibuja una sonrisa de satisfacción si hace recuento de su larga etapa como docente.
Cuarenta y dos años de enseñanza, desde aquel curso 1968-1969 en que se estrenó ante los peques en el viejo colegio de la Aneja de la capital giennense de la mano de la recordada doña Ana Noguera, que la tuvo, primero, en prácticas y cuyo ojo clínico se dio cuenta enseguida de que en Puri Lozano había una maestra de largo recorrido:
"Fue el primer año mixto, antes se separaba a las alumnas y a los alumnos y ese año cambió", recuerda la santistebeña para este periódico.
Y lo hace azorada, "avergonzada": "¡Hay tanta gente extraordinaria, tanta gente fantástica dentro de su sencillez!", exclama, con humildad. No le falta razón, en el mar de olivos hay historias magníficas para dar y regalar, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen...
"Cuando hablo de ella me emociono muchísimo, fue mi primera maestra, hace ya cincuenta años, y luego tuve la suerte de que fuera la maestra de mi hijo, que la quiere con locura, como todos los niños y como todas las madres. ¡Y mi hijo tiene ya treinta y tres años!, pero ese vínculo no se ha roto ni con él ni con ningún otro alumno", asegura Luisa González, presidenta de la Asociación de Mujeres Clara Campoamor de Castellar.
Un colectivo que ha decidido incluirla en su lista de ilustres al homenajearla dentro del marco del Día Internacional de la Mujer Rural en este municipio, donde reside desde que pisó por vez primera su colegio, allá por 1973, y en el que sigue viviendo tras su jubilación en 2010, querida y respetada por sus convecinos, para la que ya es una castellariega más:
"Es una persona muy muy especial, esa bondad que tiene, esa humildad... El día que fuimos a llevarle la tarjeta para invitarla al homenaje de la mujer rural nos dijo: '¿Por qué a mí, habiendo tantas mujeres que se lo merecen mucho más que yo?' Eso no lo dice todo el mundo, no".
González continúa: "No ha perdido la humildad, nunca ha tenido un mal gesto, aunque haya tenido problemas en su casa. Es una persona superquerida, cuando la gente se enteró del homenaje nos mandaban mensajes felicitándonos por la elección, al igual que las otras tres premiadas. Pero Puri es nuestra maestra, doña Puri".